Cómo sobrellevar la pérdida de una mascota: cuando la búsqueda termina con el corazón roto
Si has llegado hasta esta página, probablemente significa que tu búsqueda ha terminado, pero no de la manera que esperabas. Tal vez encontraste a tu mascota demasiado tarde, tal vez recibiste una noticia que nadie quiere oír, y tal vez todavía quedan preguntas, y lo único que queda es el dolor. Y lo sentimos muchísimo.
En PetRadar, hemos acompañado a miles de personas en la búsqueda de sus mascotas, y a veces, con el corazón encogido, también en su final. Sabemos lo doloroso que es cuando el reencuentro se convierte en despedida, y también sabemos lo fácil que es que ese dolor pase desapercibido para quienes te rodean.
No hay palabras perfectas para este tipo de duelo. Perder a una mascota puede sentirse insoportable. Tal vez te invada un silencio tan fuerte que ahogue todo lo demás, o tal vez te sientas atrapado en olas de vacío o incredulidad.
Navegación rápida
Sí, esto es un duelo real
Qué pasa en tu mente y en tu cuerpo
¿Cuánto tiempo va a doler esto?
Maneras de sobrellevar la pérdida de una mascota
Cómo hablar con niños sobre la pérdida de una mascota
Mi historia: lo que me ayudó tras perder a mi mascota
Este artículo no ofrece frases hechas ni una línea de tiempo ordenada. Pero sí ofrece:
Apoyo psicológico para ayudarte a entender lo que pasa en tu mente y tu cuerpo
Maneras concretas de sobrellevarlo, a tu ritmo y a tu manera
Y finalmente, una historia personal de alguien que ha pasado por esto, porque a veces, las palabras que más curan son simplemente: "A mí también me pasó"
No se puede arreglar esto, pero quizás, solo quizás, hay una forma más amable de atravesarlo.
Sí, esto es un duelo real
Cuando hablamos de duelo, la mayoría piensa en funerales, tarjetas de pésame y platos de comida dejados en la puerta. Pero cuando quien has perdido tiene pelo y patas en vez de manos, el mundo no siempre reconoce el peso de tu dolor.
¿La verdad? Perder a una mascota duele MUCHO, y ese dolor es MUY válido.
Los psicólogos han confirmado que el vínculo entre una persona y su compañero animal puede ser tan fuerte, o incluso más fuerte, que muchas relaciones humanas. Las mascotas están contigo cuando te despiertas, cuando vuelves a casa, cuando lloras, y cuando no dices ni una palabra. No juzgan, no guardan rencor. Solo aman, sin condiciones.Así que cuando ya no están, el espacio que dejan es inmenso, y el duelo que lo llena puede desbordarte.
Qué pasa en tu mente y en tu cuerpo
Lo que el duelo hace con tu mente
El duelo puede ser ruidoso, caótico y confuso, sobre todo en tu cabeza. Tal vez notes que:
Revives el momento en que te enteraste, una y otra vez
Te preguntas si podrías haber hecho más
Te sientes culpable por lo que hiciste (o no hiciste)
Te cuesta concentrarte o interesarte por otras cosas
Te sientes “bien” un momento y completamente derrumbado al siguiente
Esta montaña rusa emocional forma parte del proceso de duelo. No sigue reglas, ni llega en etapas. Llega en oleadas, es desordenado e impredecible.
Los psicólogos tienen nombres para algunas de las emociones que podrías estar sintiendo:
Duelo ambigua, si nunca pudiste despedirte
Duelo anticipado, si temías este desenlace antes de que ocurriera
Duelo complicado, si tus emociones se sienten enredadas, pesadas o bloqueadas
Estás de duelo por alguien muy real y muy amado.
Lo que el duelo hace con tu cuerpo
El duelo vive en el corazón, pero también en el cuerpo. Se siente en el pecho, el estómago, los huesos.Es una experiencia física completa, y puede manifestarse así:
Opresión en el pecho o dificultad para respirar
Agotamiento, aunque duermas mucho
Náuseas o dolor de estómago
Problemas para concentrarte o recordar cosas
Oleadas de emoción que aparecen sin avisar
Estas son manifestaciones físicas del dolor emocional. Tu sistema nervioso está en alerta máxima y tu cuerpo está tratando de protegerte, así que no es en absoluto una debilidad — es supervivencia.Es tu cuerpo respondiendo a la pérdida.
“Solo era una mascota” – por qué eso duele tanto
Una de las partes más difíciles de perder a una mascota es lo invisible que puede parecer ese dolor. No hay ceremonia formal, ni días libres del trabajo, ni tarjetas de pésame llenando tu buzón. Solo silencio, y a veces, comentarios hirientes sin intención. Es devastador… y aislante.
Esto es lo que los psicólogos llaman duelo no reconocido – un duelo que la sociedad no valida, no comprende o no apoya. Y eso puede hacer que te sientas aún más solo.
Pero escúchame bien: no es que tu dolor no sea real. Es que algunas personas simplemente no lo entienden.
A menudo, quienes hacen estos comentarios son personas que nunca han tenido un vínculo fuerte con un animal, o que no entienden que el amor es amor, sin importar la forma que tome. Para ellos, una mascota puede ser “solo un animal,” no un alma que dormía a tu lado, que te recibía en la puerta o que te acompañó en los años más difíciles de tu vida.
Así que recuerda:
Por lo general, no lo dicen con mala intención
No ven las rutinas que compartieron
No oyen el silencio donde antes había maullidos, ladridos o patitas suaves
No saben lo que se siente alcanzar la correa o el cuenco… y darte cuenta de que ya no hay nadie que lo necesite
Así que si te duelen las reacciones (o la falta de ellas) a tu alrededor, por favor ten esto presente:
Tu pérdida importa. Tu dolor tiene derecho a existir. No necesitas el permiso de nadie para sentirlo. No necesitas el permiso de nadie para hacer duelo. Solo necesitas espacio. Y ojalá encuentres un poco de ese espacio aquí.
¿Cuánto tiempo va a doler esto?
La respuesta honesta: el duelo no sigue un calendario, no hay cuenta regresiva para “estar bien”.No hay un día en que despiertes y de repente todo parezca como si nunca hubiera pasado. Y, sinceramente, no querrías eso, porque este dolor es la forma que toma tu amor cuando ya no tiene a dónde ir.
Algunos días se sentirán más llevaderos, otros serán imposibles. Fechas importantes como cumpleaños, aniversarios de adopción o incluso el sonido de una bolsa de comida pueden volver a romperte el corazón.
No estás roto, no estás “atrapado”. Solo eres alguien que amó profundamente, y que perdió profundamente. Eso no se va en una semana, ni en un mes, ni quizá nunca del todo.
Los psicólogos nos recuerdan que no se trata de “superar” el duelo, sino de seguir adelante con él.
Llevarás esta pérdida contigo. Pero con el tiempo, tal vez se vuelva más ligera, más suave, menos afilada en los bordes.Y algún día —quizá no hoy— pensarás en tu mascota y sonreirás antes de llorar.Cuando llegue ese momento, no significará que la olvidaste. Significará que la recuerdas de una forma que se siente segura. Significará que tu amor encontró una nueva forma, una que deja entrar de nuevo la alegría.
Y en ese cambio silencioso, estarás honrando su recuerdo más que nunca.
Culpa, arrepentimiento y todos los “¿y si…?”
Si tu mente está atrapada en pensamientos como:
“¿Y si la hubiera buscado antes?”
“¿Y si no lo hubiera dejado salir ese día?”
“¿Y si tomé la decisión equivocada en la veterinaria?”… no estás solo.
La culpa es una de las emociones más comunes (y más crueles) después de perder a una mascota. Se cuela sin que te des cuenta, susurrándote todo lo que “deberías” haber hecho, “podrías” haber hecho, o harías distinto si solo tuvieras una oportunidad más.
Pero aquí va la verdad: tú lo amabas.Lo amabas a tu manera, con tus recursos, dentro de tus límites humanos y tu vida real.Tomaste las mejores decisiones que pudiste.Le diste tu amor, tu esfuerzo, tu presencia, y eso valió más que cualquier momento puntual.
Los psicólogos explican que la culpa aparece en el duelo porque nos da la ilusión de control. Si sentimos que causamos algo, entonces quizás también podríamos haberlo evitado. Pero no podemos, y no debíamos hacerlo.
Déjate ser humano aquí. Perdónate, porque tu mascota nunca te pidió que fueras perfecto. Solo te pidió que estuvieras ahí — y lo estuviste.
Maneras de sobrellevar la pérdida de una mascota
No hay un manual para el duelo, ni una lista de pasos a seguir, pero sí existen cosas que pueden ayudarte a llevar este dolor, una respiración a la vez.
Aquí tienes algunas formas de transitar los días y semanas después de la pérdida:
1. Habla con las personas adecuadas
No todo el mundo lo entenderá… ¡pero alguien sí!Puede ser un amigo de confianza, un terapeuta, un grupo de apoyo para el duelo o incluso una comunidad en línea de otros cuidadores de mascotas. Lo importante es encontrar personas que escuchen sin juzgar ni comparar.
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Los grupos de duelo por pérdida de mascotas (presenciales o en línea) pueden ser increíblemente sanadores. Puedes compartir cuánto significaba para ti.
2. Escríbelo
Escribir te ayuda a sacar el torbellino de tu cabeza.Escribe una carta a tu mascota, dile lo que extrañas, agradécele, discúlpate si lo necesitas. Di ese adiós que no pudiste dar.
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Si te ayuda, puedes usar esta carta imprimible que creamos para cuidadores. Un espacio para escribir, recordar y reflexionar cuando tú lo necesites.
Escribir puede reconfortar, incluso cuando nada más tiene sentido.
3. Entiende lo que estás sintiendo
Aprender sobre el duelo (como estás haciendo ahora) puede ser una forma de recuperar el control.No quita el dolor, pero puede ayudarte a ponerle nombre, y eso tiene poder.
Comprender que tu cuerpo y mente están reaccionando de forma normal ante una pérdida fuera de lo común puede calmar el miedo de que “algo no anda bien” contigo.
4. Crea un ritual
Enciende una vela, enmarca una foto, planta algo, haz una donación en su nombre, crea un pequeño ritual o un espacio en tu casa que honre su presencia.
Los rituales ayudan a marcar su vida y su partida. Le dan un lugar a tu amor.
5. No te apresures a “reemplazarlo”
Algunas personas necesitan una nueva mascota de inmediato, otras necesitan espacio.
Si no estás seguro, date tiempo. El duelo y los nuevos comienzos no son lo mismo, y mereces procesar uno antes de pasar al otro.
6. Permítete sentir todo
Llora, enójate, ríete con sus videos, vuelve a llorar. No hay un orden correcto, ni una emoción equivocada, ni una línea de tiempo.El amor no se va en silencio, y el duelo tampoco. Y si nos preguntas, el amor nunca se va del todo. Solo cambia de forma.
Puede que ya no los veas, pero siguen contigo.En tus rutinas, en tus hábitos al acostarte, en los recuerdos que te aprietan el pecho y te hacen sonreír al mismo tiempo.
Cómo hablar con niños sobre la pérdida de una mascota
Perder una mascota es duro para los adultos, pero para los niños puede ser su primer contacto con la muerte.Eso es mucho para un corazón pequeño. ¿Cómo los acompañamos?
1. Sé honesto, pero con ternura
Puede ser tentador suavizarlo con frases como “se fue a dormir”, “se escapó” o “está en el cielo”, pero los expertos advierten que eso puede causar confusión e incluso miedo. En lugar de eso, usa un lenguaje claro y amoroso:
💬 “Murió, eso significa que su cuerpo dejó de funcionar y no puede volver. Pero lo seguimos queriendo, y siempre lo haremos.”
Puedes explicar la muerte sin dar detalles gráficos. El objetivo es ser honestos, con contención.
2. Deja que sientan lo que sienten
Los niños viven el duelo de forma distinta. Pueden llorar un minuto y pedir helado al siguiente. Eso no significa que no les duela; los niños procesan en oleadas.
Déjales dibujar, hacer preguntas o hablar con su mascota como si aún pudiera oírlos. Todo eso forma parte de sanar.
3. No minimices su dolor
Evita frases como:
“Eres pequeño, ya se te pasará.”
“Era solo una mascota.”
“Te conseguimos otra.”
Eso puede hacer que sientan que su tristeza no importa. En cambio, puedes decir:
“Yo también la extraño.”
“Está bien estar triste. Yo también lo estoy.”
“Tuvo suerte de tener a alguien que lo quería tanto.”
4. Despídanse juntos
Hagan un dibujo, una caja de recuerdos, enciendan una vela o escriban una carta juntos. Los rituales dan algo tangible, algo que dice: “Esto importaba.”
Y lo más importante: deja que te vean llorar. Así aprenden que amor y pérdida a veces caminan juntos.
Mi historia: lo que me ayudó tras perder a mi mascota
Tuve un gato llamado Ozzy. Tenía solo siete años cuando falleció por ascitis (una acumulación de líquido en el abdomen). Aunque íbamos regularmente al veterinario e hicimos todo lo posible, no pudimos salvarlo.
Adopté a Ozzy en un momento muy difícil de mi vida. Se convirtió en mi compañero, mi consuelo, mi terapia, y cuando lo perdí, sentí que el suelo se abría bajo mis pies. Estaba completamente destrozada. Pensé que nunca más me sentiría bien y caí en una depresión. Lloré y lloré, y luego lloré aún más. No podía ni decir su nombre sin derrumbarme. Y aun así, había personas a mi alrededor que no lo entendían. “Deja de llorar”, decían algunos. “No va a volver solo porque llores tanto.” Y eso me rompía aún más.
Pero con el tiempo, y mucha reflexión en silencio, empecé a ver las cosas de otra forma. Me di cuenta de algo que se convirtió en un punto de inflexión en mi duelo: Ozzy no habría querido que yo estuviera triste. Él llegó a mi vida para dar alegría, no dolor.Fue un regalo. Un regalo al que pude amar, con quien pude reír y por quien pude cuidar. Y aunque todavía duele que no tuviéramos más tiempo juntos, aprendí a aferrarme a la gratitud por todos los momentos que sí compartimos, en lugar de ahogarme en los que no tuvimos.
Otra cosa que me ayudó fue recordar que siempre intenté darle la mejor vida posible. Y me aferré a eso para aliviar la culpa, porque sabía que había hecho todo lo que pude.
Me tomó cinco años poder siquiera pensar en tener otra mascota. Y entonces, un día, una pequeña gata atigrada gris se coló por la ventana de mi cocina como si fuera su casa… y nunca se fue. Ella me eligió. Totalmente, con fuerza, sin dudar. Y de alguna manera, eso lo cambió todo. Desde ese día, se convirtió en mi siguiente capítulo — no un reemplazo, sino una continuación del amor que comenzó con Ozzy.
Así que si estás de duelo ahora, quizá puedas aferrarte a esto: Tu mascota no llegó a tu vida para dejarte con dolor. Llegó para darte alegría, consuelo y amor. Eso es lo que querría que recuerdes. Eso es lo que querría que mantengas vivo.
Aunque aún no estés listo para sonreír, algún día lo estarás. Y cuando llegue ese momento, no significará que has seguido adelante. Significará que los llevas contigo. Siempre.
Quise compartir mi historia porque sé lo que se siente estar completamente perdida después de perder a una mascota.Tal vez algunas partes te suenen familiares, y tal vez te ayude a sentirte un poco menos sola.
Y si te preguntas qué viene ahora, cómo seguir llevando ese amor contigo, tal vez ayudar a otros también sea parte del camino.
Eso es lo que intento hacer ahora, a través de mi trabajo en PetRadar. Ayudo a cuidadores a buscar a sus compañeros perdidos, y cuando la búsqueda termina en tristeza, también intento acompañarlos en ese momento. Porque nadie debería enfrentar este tipo de dolor en soledad.
Si alguna vez quisieras apoyar esa misión, puedes hacerlo aquí.
Y gracias. De verdad.
Escrito por
Alexandra Soanca
I’ve gained a deep understanding of the challenges and emotions that come with searching for a missing pet, and I’m here to provide guidance, support, and a little bit of hope along the way.
When I'm not helping reunite lost pets with their pet parents, you’ll likely find me spending time with my own furry companion, Valla - a curious gray tabby with a **very** independent spirit.